Las clases de Español 2 de Sra. Calderin adoptaron un enfoque diferente para su evaluación final; en lugar de un examen escrito, los estudiantes pudieron practicar el idioma español en un escenario de la vida real, interactuando con chefs y ayudantes de cocina solamente en español.
“Decidí asignarles a mis estudiantes un proyecto final en el cual ellos tuvieran la oportunidad de usar el idioma en situaciones reales, en lugar de asignarles un examen tradicional. El objetivo de este proyecto era que mis estudiantes se comunicaran en español usando el vocabulario de las comidas y los mandatos informales”, explicó la Sra. Calderin.
Sra. Calderin contactó a Diana Aragón, coordinadora del programa SAGE e invitó al personal de cocina hispanohablante para ayudar a los estudiantes durante el examen.
“Pensé que la idea de invitar a los chefs y al personal de cocina daría un toque ‘realista’ a esta evaluación, ya que ellos no estaban específicamente entrenados para usar el vocabulario que mis estudiantes aprendieron en clase. Simplemente hablaron español como lo hacen normalmente con sus acentos y variantes lingüísticas típicas de cada país de habla hispana: Venezuela, Colombia, Nicaragua, Cuba, Argentina, etc ¡y esa es la vida real!,” dijo Sra. Calderin.
Para los estudiantes, esta fue una evaluación final más divertida y fuera de lo común.
“Me encantó porque realmente pude usar mis nuevos conocimientos e interactuar con los profesores”, dijo Easton McCarthy-Levy, estudiante de segundo año.
Los estudiantes también opinaron que los profesores contribuyeron a que la experiencia fuera excelente durante este proyecto, ya que estuvieron listos para ayudar si era necesario o simplemente se unieron al ejercicio.
“Estaba muy estresada, pero gracias a la ayuda del personal pude hacerlo muy bien”, dijo Naisha Cheruku, estudiante de segundo año.
El profesorado vio la experiencia como una gran oportunidad para ayudar a una nueva generación de estudiantes interesados en aprender español.
“Se sintió muy bien poder ayudar a los chicos”, dijo la chef Monica Poey. “Poder ayudar a expandir la cultura es una bendición”, dijo Poey.